Miniatura
Para secador de manos automático
Miniatura es la segunda y (hasta ahora) última de una serie de piezas que escribí durante un periodo de experimentación sonora utilizando objetos y pensando en la relación del participante con el espacio, la primera siendo Suelo, viento, y lluvia. El objetivo era la creación de piezas o formas sonoras que pudieran ser interpretadas por participantes sin formación musical avanzada y que pudieran realizarse en distintos lugares con herramientas u objetos variados. En este periodo también surgió otra pieza que explora la creación musical/sonora en relación con el espacio, Sileo.
Con el fin de explorar los sonidos resultantes de cada gesto posible, concebí una partitura gráfica – aún incluyendo varios elementos de la notación de pentagrama convencional – que estructura estos gestos en un sugerido diseño predeterminado.
Durante la segunda mitad del verano del 2018, realicé y grabé esta pieza un número de veces por tres días en los sanitarios de dos plazas comerciales en la Ciudad de México – Pabellón Polanco y Antara – en frente de una audiencia inadvertida de usuarios. Para realizar esta pieza, fijé con cinta las dos hojas de la partitura arriba el secador de manos para poder leerlas, mientras que la grabadora permanecía a un lado en alguna esquina del sanitario.
Al llevar a cabo esta pieza se reveló un significado más a la función de la obra, tomando la cualidad de “performance” o puesta en escena, de manera similar a Suelo, viento, y lluvia, la cual realicé parcialmente mientras algunas personas me observaban con curiosidad desde las ventadas de otras casas y edificios. Hasta el día de hoy, considero a estas dos obras piezas de “arte sonoro”.
Partitura revisada
Con el fin de explorar los sonidos resultantes de cada gesto posible, concebí una partitura gráfica – aún incluyendo varios elementos de la notación de pentagrama convencional – que estructura estos gestos en un sugerido diseño predeterminado.
Durante la segunda mitad del verano del 2018, realicé y grabé esta pieza un número de veces por tres días en los sanitarios de dos plazas comerciales en la Ciudad de México – Pabellón Polanco y Antara – en frente de una audiencia inadvertida de usuarios. Para realizar esta pieza, fijé con cinta las dos hojas de la partitura arriba el secador de manos para poder leerlas, mientras que la grabadora permanecía a un lado en alguna esquina del sanitario.
Al llevar a cabo esta pieza se reveló un significado más a la función de la obra, tomando la cualidad de “performance” o puesta en escena, de manera similar a Suelo, viento, y lluvia, la cual realicé parcialmente mientras algunas personas me observaban con curiosidad desde las ventadas de otras casas y edificios. Hasta el día de hoy, considero a estas dos obras piezas de “arte sonoro”.